miércoles, 17 de febrero de 2016

MICHEL FOUCAULT : SUJETO Y VERDAD, EJERCICIOS ESPIRITUALES



Escrito por Luis Roca Jusmet

 Antes de empezar la segunda sesión quiero recoger lo que fue la conclusión de la primera a la pregunta de si para Michel Foucual la filosofía es una transformación del sujeto y de si podemos llamar a esta transformación ejercicio espiritual. Y es, por tanto la filosofía este ejercicio espiritual que transforma al sujeto. No nos preguntamos aquí sobre lo que dice Foucualt sobre la filosofía antigua o la historia de la propia filosofía sino sobre su propuesta filosófica.
 A pesar de todas las ambigüedades y matices que a lo largo de su trayectoria plantea Foucault sobre si su actividad es filosofía y sobre lo que es la filosofía para él, pienso que antes de morir ya nos da, no una respuesta. pero sí tres claves para entender que, para él, la filosofía se entiende de tres maneras.
  Por una parte como un kantiano en su concepción de la filosofía, entendiendo por esto que la filosofía tiene dos funciones posibles : ser un análisis de la verdad ( que es lo que hace Kant en sus tres críticas) o ser una ontología del presente ( que es lo que hace Foucault en sus textos "menores", cuyo ejemplo mejor es "¿ Qué es la ilustración"?"). Foucault considera que lo que él hace es una ontología del presente. Por por otra es también un nietzscheano, en el sentido que la filosofía es la construcción de un sujeto ético y por lo tanto de una perspectiva ética. Aquí la verdad opera más como una ficción que construimos desde nuestra posición subjetiva. Finalmente tenemos la concepción de la filosofía en el sentido socrático-cínico, como parrhesía, como coraje de decir la verdad. Pero la parrhesia es también el coraje de decirse uno mismo la verdad. Pero no una verdad interna que hay que descubrir sino la verdad de los propios actos.
 Podríamos concluir entonces que hay una verdad ontológico-histórica, que es la del propio presente. Esta verdad es la muestra no lo oculto ( esto lo hace la ciencia) sino lo familiar. Es decir, la contingencia de lo que parece necesario y los otros posibles que se abren. Esta verdad ontológica de lo que ocurre-pero-podría-no-ocurrir si se transforman las cosas, es la que hace el sujeto crítico filosófico. El filósofo debe arriesgarse en decir esta verdad y esta actitud es la parrhesia. Es la que se confronta con formas de dominio, es decir es política.La construcción del sujeto ético es una opción de vida que corresponde a cualquiera que opte por ello, no al filósofo. Pero este sujeto ético también incluye la parrhesia con uno mismo, este decirse la verdad. 
 La verdad transforma al sujeto, pero no en sentido de conversión, sino en el sentido de abrir nuevas posibilidades de pensar y de hacer en el mundo. Pero el sujeto también se va transformando a sí mismo construyéndose como sujeto ético.Tampoco esto e suna conversión.
 ¿ podemos llamar a la verdad ontológica, que es la propiamente filosófica, un ejercicio espiritual ? Yo creo que no, este término que Foucault utiliza puntualmente no es claro para definir esta ontología del presente. Podríamos llamar ejercicios espirituales, si acaso, a esta trabajo interno que nos construye como sujeto ético, pero que no es filosófico. Lo que sí es filosófico, en todo caso, es abrir el horizonte, como hace Foucault, a la posibilidad de construir este sujeto ético a partir de estas p´racticas, que podemos llamar ejercicios espirituales.
 Por lo tanto esta sería la respuesta. La filosofía transform al sujeto en la medida en que abre nuevos horizontes del pensar, y con ellos, de hacer. Pero el trabajo filosófico no es un ejercicio espiritual.

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